Hasta pronto Loulou!

Siempre nos han gustado los perros. Hemos tenido perros desde que llegamos a España, hace ya 6 años.

El primer perro que tuvimos fue Mila. La encontramos en un anuncio colgado en el correos de Olivella. Al ir a verla, ya nos encanto. Vino con nosotros y todo el tiempo que estuvo con nosotros, fue y fuimos felices con ella. Recibió mucho amor, pero dio mucho mas. Creo que lo mas impactante fue que Mila nos dio ganas de tener mas perros a nosotros y al resto de nuestra familia. Mi madre tuvo a Coke y mi hermana a Clyde, un labradorcito negro.

 

Tuvimos a Loulou en enero de 2015. Ella nació en Madrid de padres labradores preciosos. La fuimos a buscar en coche, lo recuerdo muy bien ya que tenia una contractura en el glúteo y nos teníamos que parar cada hora para estirar. Loulou, a pesar de ser un cachorrito, no necesitaba pararse, no tenia ningún problema en coche. Lo único que no soportaba del coche era subirse al maletero. Hasta que un día, durante nuestras vacaciones en Francia, en un castillo, Loulou se lo paso tan mal que tenia unas ganas locas de volver al coche. Desde ese día, no puso ningún reparo a subirse al maletero 🙂

Loulou siempre fue una princesa. No comía cualquier cosa, tenia que ser lo suyo (o lo nuestro). No hacia sus necesidades en cualquier parte, ella prefería nuestro jardín. No dormía en el suelo, no, Loulou dormía en altura (sofá, cama, silla o algo que le permita sentirse arriba de los simples mortales. Loulou roncaba y roncaba. Se estiraba y ocupaba SU espacio. Porque ese es el derecho de las princesas.

Loulou corría poco. Yo no soy un gran corredor, pero recuerdo que me la llevaba a correr y se distraía rápidamente. Se me cruzaba y me tiraba al suelo. O dábamos una vuelta y en cuanto veía que el coche estaba al lado, se quedaba. Yo la llamaba para que siga corriendo y ella me miraba en plan «para que voy a correr, si después volveremos aquí». Así que yo daba otra vuelta mientras ella se quedaba en la sombra con la lengua afuera.

 

Loulou era una perra de costumbres. Su desayuno lo tomaba temprano y rápido porque sabia que en cuanto desayunen los demás, también le tocaría compartirlo. Siempre se sentaba con Janna y terminaba lo que fuera que Janna estaba desayunando. Cuando Janna practicaba deporte, se quedaba al lado de ella estirando también. Sabia cuando le tocaba pasear y le gustaba hacer siempre los mismos paseos, oliendo los mismos lugares.

 

Loulou adoraba el agua. Se bañaba en la piscina cada día en invierno y mas aun en verano. Pero yo recuerdo sus baños en las calanques de marsella, con un agua fria fria. Y Loulou bañándose y disfrutando. Y toda la gente mirándola. Orgullo 🙂

Sobre todo, Loulou era una perra de paz y amor. Tenia una tranquilidad contagiosa. No se ponía nerviosa casi nunca, no ladraba. En nuestro viaje a Francia, un señor me dijo: «Si todos en la tierra fuéramos como tu perra, el mundo no iría como va». Y tenia razón. Dio amor a toda la familia, a su amigo Clyde tanto como a nosotros. Nunca necesito realmente la correa. Liam la paseaba solo, aun cuando Loulou pesaba mas que el. Los petardos nunca la asustaron, ni el ruido, ni la gente. Ella se quedaba feliz en su sofá o en su piscinita.

 

Loulou, gracias por estos 3 años de felicidad. Esperamos que estés en el paraíso de los perros, con comida y paseos infinitos. Y para copiar a mecano, quiero decirte que en la tierra hay una perra menos, pero en el cielo una estrella mas.

 

Si vosotros también la recordáis con cariño, no dudéis en dejar un comentario. Ella lo leerá con placer. En el paraíso de los perros hay wifi dicen.

5 comentarios sobre “Hasta pronto Loulou!

  1. Gracias por esta preciosa descripción de Loulou! Los recuerdos de ella son todos lindos y destacar uno no es hacerle justicia pero hay tres que estos días no han parado de venirme a la cabeza: lo feliz que se ponía clyde cuando loulou lo esperaba detrás de la puerta blanca y salian disparados a jugar para acabar en el spa de los perros que era la piscina. Y una sensacion: cuando estaba yo tiraba en la cama, algo bastante frecuente, y ella no podía subir, me hacía mimitos cabeza con cabeza, me encantaba es poco! Y el tercero es esa cabeza, grande que me impresionaba por su tamaño pero más por lo que había dentro. Te echamos de menos loulou ?

  2. La mayor alegría de haber compartido vida con Lulú es que seguirá acompañándolos por siempre.sigan jugando y recordando su con ella en sus memorias, y díganle que busque al bueno de Quilpo…que estará feliz de conocerla! Beso grande, familia!!!

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